Una disfunción sexual es la incapacidad de llevar a cabo el acto sexual de manera satisfactoria, y puede darse en cualquiera de las fases de la respuesta sexual humana, que son, de forma consecutiva: deseo, excitación, meseta, orgasmo y resolución.
Las disfunciones sexuales pueden ser primarias, cuando siempre han interferido en el individuo desde el inicio de sus relaciones, o secundarias, cuando surgen tras haber establecido previamente relaciones sexuales satisfactorias. Asimismo, hay que distinguir si se manifiesta de forma global (si ocurre en todas las situaciones y con todas las parejas), o bien específica (si se da ante determinadas parejas, situaciones, o formas concretas de estimulación).
El primer paso para el correcto diagnóstico de una disfunción sexual es siempre descartar que se trate de un problema biológico o médico. De no ser así, trabajaremos sobre las causas psicológicas que pudiesen estar generando y manteniendo la disfunción sexual.
Todo ello sin perder de vista el componente interaccional y diádico del problema, ya que la mayoría de las disfunciones sexuales se dan en el contacto sexual con una pareja concreta, y quizás no con otras parejas, en el pasado o en el presente, o previsiblemente en un futuro, y por tanto hay que tener en cuenta qué ocurre con el compañero sexual. Las disfunciones sexuales casi siempre tienen un carácter dual. Si mejora la sexualidad entre los miembros de la pareja suele mejorar la relación pareja, y al revés, si mejora la relación de pareja suele mejorar la sexualidad entre los miembros de la pareja. Por eso a veces van de la mano terapia de pareja y terapia sexual.
Con frecuencia, el trabajo se realizará en ambos niveles, tanto orgánico-médico (tratamiento con fármacos o psicofármacos) como psicológico (en terapia de pareja y/o en terapia individual, según lo requiera las características de la intervención), debido al impacto emocional que las disfunciones sexuales generan tanto en hombres como en mujeres, y a la complementariedad y reciprocidad de ambos niveles.
TIPOS DE DISFUNCIONES SEXUALES
Disfunciones del deseo sexual
Deseo sexual inhibido o hipoactivo. Puede aparecer tanto en hombres como en mujeres. En estas personas existe un bajo interés sexual. No sienten necesidad de desarrollar comportamientos sexuales ni tampoco hay excitación ante situaciones que normalmente activarían la respuesta sexual del individuo.
Aversión al sexo. Es un estado de extrema ansiedad o pánico ante la idea de mantener cualquier tipo de relación sexual que limita al individuo a desarrollar una intimidad erótica normal.
Adicción sexual. Es la necesidad o dependencia de llevar a cabo comportamientos sexuales a cualquier hora del día y en cualquier lugar de manera que pueden llegar a interferir en las relaciones personales, sociales y laborales del individuo y genera sentimientos de culpa, dolor y arrepentimiento una vez que se ha llevado a cabo la conducta adictiva. Con frecuencia hacen uso de pornografía, redes sociales dirigidas al sexo en Internet, prostitución, líneas eróticas, etc.
Disfunciones de la excitación sexual
Disfunción eréctil. La incapacidad para conseguir o mantener una erección satisfactoria para el coito.
Trastorno de la excitación genital persistente en mujeres. Excitación sexual genital (con congestión y lubricación) espontánea, intrusiva y no deseada en ausencia de deseo e interés sexual.
Disfunciones del orgasmo
Eyaculación precoz. Es la falta de control en la eyaculación, el hombre no logra retrasar o posponer su eyaculación hasta el momento en que sí desearía hacerlo.
Eyaculación retardada o tardía. Es la dificultad para eyacular a pesar de sentir una elevada excitación sexual.
Eyaculación retrógrada. Es la entrada de semen en la vejiga en lugar de salir por la uretra durante la eyaculación.
Síndrome dolor post-eyaculatorio. Se trata de dolor persistente y recurrente en los órganos genitales durante la eyaculación o inmediatamente después.
Anorgasmia. Es la inhibición recurrente y persistente del orgasmo en la mujer.
Disfunciones por dolor
Dispareunia. Es el dolor genital recurrente o persistente asociado con el coito.
Vaginismo. La imposibilidad de lograr una penetración vaginal por medio del pene, de un dedo o un objeto a pesar del auténtico deseo de hacerlo.
OTRAS CUESTIONES QUE SE TRABAJAN EN TERAPIA SEXUAL
En la terapia psicológica sexual también se abordan cuestiones relacionadas con la identidad y el rol de género, la orientación sexual y la atracción sexual, en caso de que supongan un problema, como por ejemplo:
La homosexualidad egodistónica. Cuando la personas homosexual vive este hecho como algo ajeno a su yo y esto le produce sufrimiento psicológico.
La afirmación de la orientación homosexual a través de lo que se llama terapia confirmativa de la orientación sexual.
El sufrimiento psicológico derivado de la disforia de género. Cuando la persona sienta que está atrapada en un cuerpo cuyo sexo no identifica con su identidad, es decir, la persona que nace hombre y se siente mujer o viceversa.
Consecuencias derivadas de las parafilias, es decir, sufrimientos derivados de comportamientos sexuales no habituales que no están dentro de un repertorio amplio de comportamientos sexuales, y que se vuelven rígidos, extremos, etc.
Igualmente, también se abordan la secuelas de comportamientos sexuales violentos o abusivos:
Consecuencias derivadas del abuso sexual infantil cuando la persona ya es adulta.
Consecuencias producidas por episodios de violación en mujeres adultas.
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